He recorrido muchos lugares, y de todos me he llevado algo, sabores, memorias, compañía, pero nada se compara a mi tierra, Tabasco. Mi padre me enseñó a sentirme orgulloso de mis raíces y sobre todo a rendirle tributo a esos sabores que te cuentan una historia. El sentarse en mi mesa representa una celebración a la vida y la abundancia, buena compañía, buena comida y buen trago, nunca deben de faltar. En mi casa encontrarás rincones que te dirán algo de mi y de los que siempre me rodean, desde la bicicleta de la tía Cleta hasta la avalancha de Javicho, piezas que fueron de ellos y que por alguna razón pararon en mi casa, tu casa.